Desde este lunes 10 de junio, los vecinos de la ciudad se enfrentan a un significativo aumento en los precios del gas cooperativo. En la planta de gas, los nuevos precios son los siguientes: garrafa por 10 kg a $7.500, garrafa por 15 kg a $11.300, y tubo por 45 kg a $38.500. Estos incrementos suponen una carga adicional para los hogares que dependen de estos suministros para su uso diario.

Sin embargo, la situación se agrava al observar los precios en los comercios locales. La garrafa por 10 kg se vende a $8.500, la de 15 kg a $12.800 y el tubo por 45 kg alcanza los $42.900. Estos valores, notablemente más altos que en la planta, reflejan las dificultades adicionales que enfrentan los consumidores al adquirir el gas en puntos de venta secundarios.

La opción de entrega a domicilio, conocida como delivery, también presenta precios elevados. El servicio de entrega de una garrafa por 10 kg cuesta $9.500, la de 15 kg sube a $14.250 y el tubo por 45 kg tiene un precio de $45.600 si se paga en una sola cuota. En caso de optar por el pago en dos cuotas, el costo asciende a $50.000, representando un desembolso considerable para las familias.

Este aumento en los precios del gas plantea serias interrogantes sobre la accesibilidad y la justicia en la distribución de recursos esenciales. Las diferencias de precios entre los puntos de venta y el servicio de delivery reflejan una brecha que afecta desproporcionadamente a aquellos con menos recursos. Es fundamental que las autoridades locales tomen medidas para abordar estas disparidades y garantizar un acceso equitativo al gas.

En medio de esta crisis, la comunidad debe mantenerse informada y exigir transparencia y equidad en la fijación de precios. La solidaridad y la movilización colectiva serán claves para enfrentar los desafíos que estos aumentos presentan a la vida diaria de los ciudadanos.