Hoy se cumplen 30 años del fallecimiento del Padre Lorenzo Mensa, una figura imborrable en la historia de Las Varillas. Su legado sigue vivo en cada rincón de la ciudad, donde su entrega y vocación transformaron sueños en realidades concretas. Durante un cuarto de siglo, condujo con firmeza y amor la parroquia local, siendo mucho más que un guía espiritual: fue un verdadero arquitecto del bienestar social. Su compromiso trascendió los muros de la iglesia, sembrando esperanza y construyendo futuro a través de obras que aún hoy son pilares fundamentales de la comunidad.

Entre sus invaluables contribuciones se destacan la creación del Colegio Gustavo Martínez Zuviría, la Ciudad de los Niños y el Hogar de Ancianos, espacios concebidos desde el amor al prójimo y la convicción de que el bienestar de la niñez y la vejez debía ser una prioridad. Estas instituciones no solo reflejan su visión de una sociedad más justa y solidaria, sino también su capacidad de inspirar a otros a sumarse a una misión colectiva. Cada aula, cada rincón de esos lugares lleva impregnado el espíritu de servicio del Padre Mensa, quien supo interpretar las necesidades de su pueblo y actuar en consecuencia.

Su partida física en Cavour, Italia, dejó un vacío inmenso, pero su memoria permanece intacta en el corazón de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo y en aquellos que, sin haberlo visto, sienten su presencia en cada obra que dejó. Aún se recuerdan con emoción sus visitas a Las Varillas luego de haber dejado la parroquia, especialmente aquel multitudinario recibimiento que se convirtió en el más grande de la historia de la ciudad. Fue un abrazo colectivo, sincero y eterno, como respuesta al inmenso amor que él supo brindar a su comunidad.

El reconocimiento a su legado también se refleja en el Centro Cívico de Las Varillas, que lleva con justicia su nombre, y en el monumento que perpetúa su figura, obra del Profesor Oscar Valletto, emplazado en el edificio de la ex Universidad Popular Dr. Lorenzo Ortíz. Son homenajes que no solo conservan su memoria, sino que también invitan a las nuevas generaciones a conocer y valorar la huella profunda que dejó el Padre Mensa en cada varillense.

Hoy, al cumplirse tres décadas de su partida, Las Varillas honra a quien fue, sin dudas, su párroco más querido y recordado. Su vida fue un testimonio de entrega absoluta, de fe puesta en acción, de palabras convertidas en obras. Su ejemplo sigue guiando a la ciudad, recordándonos que el verdadero liderazgo se ejerce desde la humildad y el compromiso con el bien común. Que su legado continúe inspirando a construir una sociedad más solidaria, tal como él soñó.