Todo Rosario y todo el fútbol argentino está de luto. Este martes, se confirmó la muerte de Omar Arnaldo Palma, gloria de Central, a causa de un ACV que había sufrido en la mañana del 30 de septiembre. Tenía 66 años y estuvo internado una semana en terapia intensiva en el Hospital Italiano de la ciudad santafesina.
El Negro, máximo ganador de la historia canalla, se descompensó días atrás en Iberlucea, localidad vecina a pocos kilómetros de Rosario, mientras tomaba mates junto a su familia. Inmediatamente, fue trasladado de urgencia al hospital Eva Perón de Granadero Baigorria, donde le diagnosticaron que había sufrido un accidente cerebro vascular.
Posteriormente, fue llevado al Hospital Italiano de Rosario, donde pasó siete días en la UTI "en estado crítico con asistencia mecánica respiratoria" hasta que en la noche del lunes el centro de salud confirmó su triste pérdida.
Con la camiseta auriazul, Palma disputó 390 partidos (tercer jugador con más presencias en la historia del club, detrás de Jorge José González -521 encuentros- y Alfredo Fogel -423-), marcó 64 goles y levantó cuatro títulos: el Nacional 1980, el Torneo de Primera División 1986/87 y la Copa Conmebol en 1995, como así también el ascenso a la máxima categoría en 1985.
El histórico N°10 canalla solía visitar en el último tiempo las prácticas del plantel profesional en Arroyo Seco. Incluso, estuvo presente en la última jornada de los clásicos de Inferiores contra Newell's, en la Ciudad Deportiva de Granadero Baigorria, acompañado por Gonzalo Belloso -el presidente del club-, Miguel Ángel Russo -quien fue el técnico del primer equipo hasta hace pocos meses-, Aurelio "Coco" Pascuttini, el Puma Rodríguez y Federico Lussenhoff (actual secretario técnico).
Oriundo de Campo Largo, pueblito chaqueño de hacheros y campesinos a pocos kilómetros del bosque impenetrable, Palma también registró pasos como futbolista en Colón, River y Veracruz de México. Más de una década después de colgar los botines en 1998, inició su carrera como DT en Rosario Central pero rápidamente renunció a su puesto por desacuerdos con la dirigencia. Su última experiencia en el corralito había sido Central Córdoba de Rosario, de la Primera C, donde se alejó cinco meses más tarde por las amenazas anónimas que recibió todo su cuerpo técnico.