
Las lluvias iniciadas en la noche del domingo, medidas hasta las 8 de la mañana de hoy y que podrían continuar hasta la mañana del miércoles trajeron un muy esperado alivio a la “zona núcleo” de la agricultura argentina y mejorarán la situación del trigo y del maíz, que estaban ya cercanos a una situación crítica.
En las últimas 24 horas, informó la “Guía Estratégica para el Agro” (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), las lluvias acumuladas en la región núcleo se manifestaron en 30 milímetros en la zona de Santa Teresa-Pergamino, 34 en la zona en torno de Rosario, 35 en Baradero, 44 en Bigand, 52 en General Pinto y 54 en María Teresa, entre otras localidades y zonas clave de la producción agrícola pampeana
Hasta el viernes 20, la red de estaciones meteorológicas registraba apenas 18,8 milímetros de lluvia en lo que iba del mes, pero el registro más actual aumentó el promedio a 53 milímetros mensuales y a 621 en lo que va del año. Se trata de noticias muy positivas, dijo Gabriel de Raedemaeker, expresidente de Cartez, una de las confederaciones claves de la Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).
Debe tenerse en cuenta que, según un informe de la BCR, hasta el viernes pasado el 90% de la región estaba en condiciones de sequía y escasez hídrica, con empeoramiento de las condiciones del trigo y recortes en la producción de maíz.
“Hay 650.000 hectáreas e trigo en condiciones regulares a malas, la caída en rinde potencial llega hasta el 50% y se recortan en 200.000 hectáreas los planes de siembra maiceros para la 2023/24″, señalaba el informe de la bolsa rosarina, que sin embargo anticipaba “probabilidades de lluvia a partir del domingo 22″.
¿Hacia un escenario positivo?
“Si estas royecciones se convalidan, podrían estar marcando el inicio del cambio hacia el escenario positivo”, dijo el consultor Alfredo Elorriaga, uno de los expertos más citados para evaluar las alternativas meteorológicas, el devenir del fenómeno conocido como “El Niño”, luego del período de “La Niña” que llevó a la fuerte sequía en la campaña 2022/23, y su influencia sobre la producción pampeana.

El 90% de la región núcleo en condiciones de sequía y escasez hídrica. La semana pasada había trascurrido sin lluvias y con una “humedad edáfica” regular entre Pergamino y Santa Teresa, mientras que “en el resto del área las condiciones de humedad en el suelo van de escasas a sequía. Queda poco para que la sequía se extienda sobre toda la región, como sucedía hace un año atrás”, había advertido el informe de la BCR.
Esas condiciones afectaban en especial la campaña triguera, con 650.000 hectáreas “en condiciones regulares a malas” y recores en los planes de siembra de maíz. Para corregir esa situación las necesidades de lluvia se estiman entre 100 y 170 milímetros en 15 días, de las cuales ya cayeron más de un tercio entre la noche del domingo y la mañana de hoy. De todos modos, se estima que el retraso de la llegada del agua forzó a muchos productores a desechar la siembra de maíz “temprano” y esperar por la posibilidad de variedades “tardías”, lo que se traducirá en 200.000 hectáreas menos de producción maicera en la “zona núcleo”, respecto de las 1,57 millones de hectáreas que se preveían inicialmente.
Trigo, el cultivo más comprometido
El cultivo en situación más acuciante era, sin embargo, el trigo, con estimaciones de pérdida de hasta 50% de rinde en numerosas localidades estimando: unos 15 quintales por hectáreas, contra 30 en años normales”.
Así como la sequía de la campaña 2022/23 provocó fortísimas pérdidas a los productores y se tradujo en una reducción de las exportaciones que el gobierno estimó en cerca de USD 20.000 millones, ahora el temor era que las lluvias remolonas demoraran hasta bien entrado 2024 el ingreso de divisas, complicando el panorama cambiario del gobierno que asuma el próximo 10 de diciembre.
“Todos esperan los dólares del agro, pero hasta mayo no van a entrar. Son 7 meses para la desesperación”, había advertido la semana pasada el consultor Horacio Busanello, exCEO de dos grandes empresas del agro: Syngenta y Los Grobo, para referirse a lo que tendría que esperar el próximo gobierno hasta la llegada de las exportaciones agrícolas.
Las lluvias iniciadas después de la votación del domingo aliviarán ese temor.