“Hola mi gente, ¿cómo están? Acá me encuentro en la cocina con mi nueva dieta proteica. ¿Saben qué no puede faltar? ¡Los huevos! Son huevos de gallinas libres de jaula. ¡Qué lindo que sean libres! ¡Viva la libertad carajo!”.
El comentario promocionado lo hizo horas atrás Fátima Flórez en Instagram y el “chivo” digital volvió a poner en el centro del debate a los huevos de las “gallinas libres”, que no se crían en jaulas y crecen en libertad en campos y chacras.
La imitadora hace unas semanas es la novia de Javier Milei, el candidato de La Libertad Avanza que ganó las PASO y quedó como uno de los favoritos para quedarse con las presidenciales de este año. Milei celebró el posteo promocionado de su novia y comentó: “Imposible no amarla. ¡Viva la libertad, carajo”.
Todo cerró con un “Te amo, Javier” y un “Te amo, Fátima”.

Libres
En el sistema de crianza de gallinas libre de jaula, el animal tiene puede salir al exterior a hacer pastura y realizar movimientos y todas las actividades que puede realizar en libertad, como escarbar, el picotear, anidar, corretear, aletar y hacerel perchado, o posarse sobre una rama, algo que no puede hacer un animal en una jaula.
En general son los llamados “huevos camperos” y a nivel local hay producciones libres de jaulas y mixtas, o semi intensivas, certificadas con cuidado animal.
“El libre de jaula no es una gallina en el campo suelta nomás, eso es un traspatio. Se trata de una instalación avícola diseñada para tal fin, con una capacidad correcta de animales dentro de la nave o dentro del refugio y una cantidad de animales que pueden salir al exterior. Nosotros tenemos certificación de la Organización Internacional Agropecuaria, OIA, para el bienestar animal”, detalla Yari Lucerna, veterinario, especialista en producción avícola y dueño de Granja El Cacerito, en San Justo, Santa Fe. El establecimiento tiene 60.000 gallinas libres de jaula.
“El precio es más caro porque las gallinas consumen más y necesitan mejores instalaciones. Los precios son de entre el 60% y el doble de lo que cuesta en el supermercado. Igual, cómo sea, el huevo sigue siendo la proteína más barata”, aseguró Lucerna.
En Bien de la Tierra, un establecimiento campo granja en San Antonio de Areco, un maple de 24 huevos colorados agroecológicos de gallinas libres y pastoriles, cuestan $3.400 más $700 de envío. “Las gallinas felices viven libres de jaula y de galpones, son gallinas que viven en libertad y al aire libre, comiendo pasturas. Siguen el ritmo natural, circadiano, de la vida: por la noche duermen en gallineros. En nuestro caso son gallineros móviles que permite cambiarlos de parcela y siempre tengan pastura fresca para comer. Es importante que la gallina de noche duerma y descanse. Cuando amanece salen del gallinero y disfrutan de movimiento libre en la naturaleza, comen bichitos en la tierra, pastos, y tienen el beneficio de la luz del sol”, detalló Lucia Calogero, quien junto a su marido Santiago son dueños de Bien de la Tierra.

“Todo eso se traslada, por supuesto, a la calidad del huevo, que tiene mayor concentración de proteína y mejor calidad de nutrientes. Los costos de los huevos son más elevados porque al respetar los ciclos de la naturaleza donde la gallina pone huevos día por medio (versus todos los días) la producción es más baja. La producción de gallinas felices no es escalable a nivel industrial. Los precios más altos corresponden a que los costos fijos tienen que ser absorbidos por producciones más pequeñas y hay mayor mano de obra por número de gallina”.
No todas son megas producciones. En Lapin, una colonia del partido de Adolfo Alsina, en el suroeste bonaerense, Bruno Bradichansky y Sol Banegas, lanzaron en plena pandemia La Granja de Cletha. “En medio de la pandemia nos mudamos al campo y ahí nació la idea, que fue evolucionando hacia los huevos agroecológicos. En un tambo viejo, que era de mi abuelo, comenzamos con 100 pollitas y ahora tenemos unas 700 en un módulo móvil. Abastecemos a supermercados de la zona y se vende muy bien. La gente valora la calidad y que cuidemos a los animales”.
Tienen clientes puntuales, grandes consumidores particulares, a quienes les venden el maple a 2500 pesos. El precio mayorista para los súper es de 820 la docena. “Como somos nuevos y vendemos en un pueblo chico, por ahora tenemos los mismos precios que los huevos industriales”, comentó Bradichansky.
El sector también tiene quienes critican algunos aspectos del negocio. “El huevo libre de jaula es el que menos se produce a nivel mundial, no llega al 10%. En la Argentina no llega al 4,5%. Es bajo, pero cada vez los embates que recibimos de los supuestos ambientalistas, animalistas, son con menos fundamento. Está comprobado que el huevo libre de jaula es un huevo que tiene más huellas de agua y carbono y menor calidad de inocuidad como producto”, le dijo a Infobae Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (Capia).
“Las técnicas de producción en jaula han cambiado sustancialmente en los últimos 20 años. Hoy la producción en jaula tiene hasta certificación de bienestar animal. Me preocupa que un candidato a presidente se tome tan a la chacota un tema tan importante cuando la proteína avícola es más del 50% del consumo de proteínas de la Argentina. No estamos en contra de la producción y consumo del libre de jaula. Solo decimos que no todos pueden acceder a ese producto porque es mucho más caro”, dijo Prida.
Cómo son los huevos
En una nota que publicó Infobae en 2020, el veterinario Eduardo Godano, del proyecto Gallina Feliz Argentina, explicó que los huevos de gallinas libres de jaula adquieren características organolépticas particulares: “El sabor y el color de la yema por la alimentación de las aves, la consistencia de la albúmina, la rusticidad, dureza y calidad de la cáscara que otorgan menor rotura”.

“Cuando una gallina es libre de jaula, la pollita aprende a desenvolverse libremente. A medida que va creciendo y desarrollándose para ser una futura gallina ponedora, tiene la posibilidad de volar e incorporar el agua y alimento que necesita. Cuando la gallina alcanza la edad de postura, se desenvuelve productivamente en un espacio donde puede moverse con libertad, elegir en qué comedero alimentarse, en qué bebedero tomar agua y, eventualmente, en qué nido poner huevo. La postura ocurre generalmente en horas de la mañana y, durante el resto del día, el ave puede expresar las demás conductas naturales que estos sistemas le permiten como: volar, rascar, subirse a una vara y darse baños de arena”, explicó Godano.
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