Un mayor número de horas expuestos al sol, altas temperaturas, agua con cloro, sal del mar, viento, aire acondicionado. Durante el verano la piel estuvo sometida a numerosas agresiones y es en esta época del año cuando empiezan a hacerse visibles algunas de las consecuencias.
“Recaídas de acné, aparición de manchas, formación de arrugas, flacidez cutánea y alteraciones de la pigmentación son algunos de los efectos que pueden manifestarse en la piel tras el verano. Y el cambio de estación puede ser una oportunidad para recuperarla y devolverle hidratación”. Así comenzó el médico dermatólogo Christian Sánchez Saizar (MN 97.895) a plantear un estado de situación con el que más de uno seguramente se sentirá identificado.
Para él, “el otoño es la estación ideal para recuperar la piel de los estragos del verano y el momento perfecto para realizar una puesta a punto”, y en esta meta, la exfoliación es la gran aliada.
Los tratamientos que no pueden faltar
En opinión del director de Concepto Estético, “dentro de los tratamientos más recomendados, sin duda la limpieza de cutis profunda es siempre un buen punto de partida después de meses envueltos en densos protectores solares”.
En este punto, la médica dermatóloga Lilian Demarchi (MN 88.365) enfatizó que “es importante tener en cuenta que hay que ocuparse de la piel del rostro pero sin olvidarse que la piel más afectada por los factores externos del verano suele ser la piel del escote y el cuello al tratarse de zonas mucho más expuestas a la radiación solar”. “El sombrero que siempre recomendamos utilizar protege la cara, mientras que estas zonas dejan de estar protegidas —señaló—. El dorso de las manos y los labios también son zonas que suelen verse afectadas tanto por el sol como por la deshidratación secundaria a baños o actividades al aire libre y muchas veces no les prestamos atención”.
A la hora de pensar en cuál es el mejor abordaje para cada persona, los dermatólogos coincidieron en que “siempre es clave la consulta con un especialista que pueda proponer opciones en función del estado de la piel”. “Podrán ser, como se dijo, limpiezas profundas, peelings para renovar la piel, los que pueden variar su intensidad de acuerdo a cada necesidad, o bien mesoterapia con vitaminas para nutrir en profundidad, ácido hialurónico, despigmentantes, luz pulsada, láser, para combatir manchas y tratar arrugas pequeñas. Lo importante es que un profesional arme un plan escalonado para recuperar la salud de la piel”, aconsejó Sánchez Saizar.
“Lo que primero conviene saber es que para mejorar la calidad de la piel no hay ningún tratamiento que sea para todos los pacientes —agregó—. Lo ideal es que el paciente sea evaluado por un dermatólogo, que realice un correcto diagnóstico y elegir el tratamiento más adecuado. Incluso en ocasiones es conveniente combinar tratamientos para conseguir resultados óptimos”.
En su opinión, “los peelings son los grandes aliados”. “El peeling es un tratamiento muy artesanal, que se diseña de acuerdo al tipo de piel: si es una piel mixta, seca, si hay arrugas o no, si tiene acné, si tiene manchas y siempre de acuerdo a la edad del paciente. Todo va a influir en la combinación y la elección de los ácidos a utilizar, siempre enfocado a los resultados que buscamos lograr”, subrayó Sánchez Saizar.
Una vez exfoliada la piel, es momento de nutrirla en profundidad. Para esto, Demarchi recomendó un tratamiento que combina tecnología láser con principios activos liposomados. “Este láser de vanguardia diseñado para abrir los canales en la piel hace que aumente la penetración de principios activos aumentando el índice de su absorción en la dermis —explicó—. Los principios activos se incuban en una ampolla durante seis minutos mientras se aplica el láser y sus moléculas de tamaño nanoscópico circulan por los canales que se generan, incluso después de que estos se hayan cerrado. De esta forma permite trabajar la piel como si fuese un peeling profundo con el plus que es la administración de un cosmeceútico, que puede ser vitamina A, vitamina C, resveratrol o ácido tranexámico que es despigmentante”.
El resultado, según la dermatóloga, “es una piel luminosa, con mejor tono y textura y poros cerrados”. Este tratamiento se realiza en dos a tres sesiones con un intervalo de un mes cada una, y se completa con la entrega del activo elegido para seguir aplicando durante un mes todas las noches en casa y continuar nutriendo la piel en profundidad.
Un plus: tensar y bioestimular en una sesión
Si se quiere llevar la recuperación de la piel a otro nivel, existen tratamientos que si bien pueden hacerse en cualquier época del año, aprovechar la preparación previa que aportaron las limpiezas, peelings y nutriciones potenciará sus resultados.
La médica especialista en cirugía plástica y estética Griselda Seleme (MN 80033) destacó que “la combinación de tratamientos brinda excelentes resultados”. Y en esta época del año uno de sus elegidos “es la combinación de Thermage, una tecnología que mediante el uso de la radiofrecuencia estimula el colágeno existente y favorece el crecimiento de nuevo colágeno, de modo que combate la flacidez de forma rápida, sin cirugía ni inyecciones en una sola sesión con Profhilo, un ácido hialurónico ultra puro, que potencia el aspecto natural de la piel, hidrata desde dentro hacia afuera, y brinda una apariencia rejuvenecida que minimiza las líneas finas y las arrugas”.
Por último, para el médico cirujano plástico y miembro de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica (Sacper) Raúl Banegas (MN 79300), uno de los tratamientos estéticos mínimamente invasivos más recomendados son los fillers de ácido hialurónico, “gracias a sus resultados efectivos en solo una sesión y sin tiempo de recuperación”.
“Además son una alternativa preventiva antes de la aparición de las primeras líneas de expresión por lo que cada vez son más las personas que se atreven a dar el salto hacia este tipo de medicina”, destacó el especialista, para quien “hoy la naturalidad manda y por eso los tratamientos con rellenos de ácido hialurónico son una revolución en la medicina estética ya que permiten lograr un resultado natural y sofisticado; la gente nota que la persona está mejor, pero no sabe por qué, y ese es el secreto”.
“Sus aplicaciones son múltiples -explicó-. Se utilizan para atenuar arrugas, reponer volúmenes perdidos, reestructurar contornos faciales y mejorar la calidad de la piel, hidratándola en profundidad”.
Y tras recomendar que “a la hora de pensar en un tratamiento con fillers, el primer paso sin duda es la consulta con un especialista”, Banegas resaltó que “hoy los fillers se convirtieron en aliados clave a la hora de potenciar la belleza. El secreto no es borrar todas las arrugas, sino recuperar un aspecto fresco y descansado con una mirada despejada. Pero la consigna es siempre la naturalidad”.
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