
Hernan Dötzel, Representante Legal y Presidente de del frigorífico Ruyi SAS, negó que la empresa haya participado en maniobras de subfacturación de exportaciones de carne vacuna denunciadas por la Aduana días atrás, y además sostuvo que hasta el momento no fue notificado de la investigación por parte del organismo oficial.
“Negamos haber realizado cualquier clase de maniobras de subfacturación de exportaciones como así tampoco modificaciones en las categorías de calidad del producto que exportamos”, dijo a Infobae.
Hace algunos días la Dirección General de Aduanas-AFIP informó la detección de 523 maniobras de subfacturación en permisos de embarque de exportaciones de carne vacuna durante el período 2021-2022. Según el informe, se verificaron subfacturaciones de parte de 22 frigoríficos exportadores por un monto total de USD 11.908.320. Entre ellos, indicaron, se encontraba el frigorífico Ruyi, con unas 700 toneladas.
En contacto con este medio, el representante del frigorífico aseguró que “estamos realizado las consultas en los organismos pertinentes, porque entendemos que todo esto se trata de un error, ya que siempre que se nos solicitó alguna aclaratoria y/o pedido de información hemos respondido en tiempo y forma sin recibir objeciones a lo presentado. A la fecha no hemos sido notificados de ningún incumplimiento ni acusados de las actuaciones mencionadas”. Ruyi es una empresa de origen familiar, respaldada por tres generaciones de reconocidos productores ganaderos de la Patagonia y opera en el consumo interno desde hace más de 20 años. Además exporta hace más de 5 años.

En relación a las exportaciones, el empresario sostuvo que “nuestro producto es embarcado en Argentina y es directamente enviado a puerto de destino final sin ninguna refacturación intermedia, como se menciona en la publicación (se refiere a la nota que este medio publicó sobre la denuncia de la Aduana). La carne exportada corresponde en más de un 90% a categorías que no poseen ninguna clase de restricción para su comercialización internacional y se realizan toda clase de controles y verificaciones previas que convalidan el cumplimiento de mencionadas categorías”. Otro punto que aclaró el representante del frigorífico, fue el relacionado a los precios. “Los valores declarados responden a los valores de mercado y nuestra estructura de costos”, agregó.
Por último, Hernan Dötzel señaló que al igual que como ocurre en otras empresas de la actividad, “algunos de nuestros clientes son traders y esto se debe fundamentalmente a que nuestra estructura administrativa y comercial no resulta suficiente para atender todas las necesidades comerciales que requiere el mercado (visita a clientes, participación en ferias internacionales, etc.) pero esto no implica ninguna anormalidad y es totalmente común que ocurra en mercados tan grandes como el mercado chino”.
El rulo de la Vaca Vieja
Desde Aduana detallaron mediante la investigación que están realizando, cómo funciona una supuesta maniobra fraudulenta de las exportaciones de carne argentina a China. Según el organismo, hay empresas que “juegan” con las categorías de calidad para evitar controles e informar valores de exportación irreales. Para entender cómo funciona la maniobra, primero se debe identificar cuáles son las clases de exportación que puede declarar un frigorífico. Por un lado está la exportación “Tipo A” o “Especial joven” de 430 kilogramos. En ese caso se faena sólo el 1% para consumo interno. En la “Tipo B” o “Especial adulta” de 430 kg, se faena el 8% para consumo interno.

También existe la categoría “Tipo C” o “Regular”, que consta de ejemplares generalmente de dos pariciones. En ese caso se faena el 34% y las res con hueso pesa 200 kilos. Por otro lado, están la “Tipo D” o “Conserva buena”, también denominada “Vaca vieja” y la “Tipo E” o “Conserva inferior”, también conocida como “Vieja de descarte”. Antiguamente esas antes no tenían mercado y se vendían por poco dinero o morían en el campo, porque era más caro el flete que lo se facturaba por su venta. Sin embargo, en China hubo un “boom” por la Vaca vieja que volvió el negocio rentable. En ese caso, se faena el 57% y se exporta a China en su totalidad.
Ahora bien, el rulo de algunos exportadores consiste en hacer pasar una vaca regular (C), por una vaca vieja o conserva (D y E). Desde Aduana explicaron que esto les genera un doble beneficio, porque no solo saltean los controles de Senasa, sino que además les permite potenciar la subfacturación, ya que el precio de la “vaca vieja” es considerablemente inferior al de la “vaca regular”.
Seguir leyendo:
Acuerdo con el FMI: el Gobierno negocia con Washington un plan para bajar la evasión tributaria
El discurso económico de Alberto Fernández: un largo repaso de los números de 2022 y ningún anuncio
Jornada financiera: febrero terminó con balance negativo para acciones, bonos y el dólar libre
El FMI designó al nuevo auditor del programa para la Argentina: quién es y qué responsabilidades tendrá