
El clima adverso es un enemigo temible del campo. Y en lo que va del presentes sucedieron dos hechos que hacía 60 años que no se registraban en la llamada “zona núcleo”, corazón productivo agrícola del país, y sumaron otro impacto negativo sobre los cultivos de soja y maíz.
Según los técnicos de la Guía Estratégica para el Agro de la Bolsa de Comercio de Rosario, en febrero se registraron la temperatura máxima más alta y la mínima más baja para este mes en los últimos 60 años. Y los dos fenómenos ocurrieron con menos de una semana de diferencia. A todo esto, se agregó que las precipitaciones acumuladas apenas alcanzan del 10 al 50% de los valores medios mensuales.
“Si algo faltaba para completar el rumbo negativo de tres campañas consecutivas dominadas por una intensa sequía, era el estrés adicional que sufrieron los cultivos al soportar, con extrema escasez de agua, el abrupto pasó de una ola de calor a un marcado descenso térmico en menos de una semana”, comentaron los especialistas de la entidad rosarina.
Por un lado, las altas temperaturas se hicieron presentes en la zona núcleo entre el martes 7 y el lunes 13 de febrero. Durante más de 50 los registros superaron los 30 y llegaron incluso a ubicarse por encima de los 38 grados. Luego, en tan solo 3 días, las temperaturas se desplomaron. El sábado pasado no superaron los 6 grados en la zona mencionada, con las más marcas más bajas en torno a los 2 grados, y con un valor extremo de 1,5ª C en el distrito cordobés de Hernando.
El clima siguió siendo esquivo , con lluvias acumuladas muy lejos de los valores normales. La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) precisó que los acumulados van apenas del 10 al 50% de los valores mensuales estadísticos medios, que para la región oscilan de 90 a 120 milímetros (de oeste a este).
“En el noreste de Buenos Aires el faltante es de más de 100 milímetros para alcanzar el promedio de lluvias de febrero de los últimos 30 años. En el noroeste bonaerense y en el sur santafesino el déficit es de 75 y 100 milímetros. En el centro sur santafesino y el sudeste cordobés las lluvias le deben entre 75 a 50 milímetros para alcanzar el promedio del mes”, precisó la bolsa rosarina. Además, las proyecciones climáticas no son alentadoras en cuanto a posibilidad de lluvias que faciliten revertir el balance negativo de febrero: se estima que no habrá aportes importantes de agua hasta fin de mes.
Impacto en los cultivos
Los técnicos consideraron “apresurado” cuantificar el impacto de las bajas temperaturas y las heladas tempranas del sábado pasado y dijeron que se requieren más o menos 10 días para evaluar la situación de los lotes de soja y maíz. “El efecto varía de lote a lote: influyen las fechas de siembra, el estado de desarrollo del cultivo, la altitud del lote. Aunque creemos que no tendrán un gran impacto, claramente va a afectar el rendimiento. Gratis no nos va a salir”, dijeron productores de la zona cordobesa de Marcos Juárez.
Otros plantearon que el problema de base sigue siendo la sequía. “En un año normal, estas bajas térmicas que tuvimos no serían problema, o representarían una mínima pérdida de hojas superiores y algún nudo. Pero con la seca brutal que están sufriendo los cultivos, en particular la soja, no había margen para otra agresión del clima. De no llover en los próximos 10 días podríamos perder todos los lotes de soja”, aseguraron en el distrito de Arroyo Dulce.
Por último, el informe de la BCR sostiene en base a los datos recolectados que el mayor golpe se lo llevó la soja de segunda y los cultivos sembrados en ambientes limitantes, ya que como consecuencia del severo estrés hídrico de estos cuadros, no hubo regulación térmica.
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